Las ballenas no solo son asombrosas por su tamaño e inteligencia, sino que también se han revelado como aliadas fundamentales en la lucha contra el cambio climático. Investigaciones científicas han destacado que el valor ambiental de una ballena equivale al de miles de árboles. A medida que la huella de carbono amenaza nuestros ecosistemas, los científicos buscan soluciones efectivas para reducir el CO2 en la atmósfera. Las ballenas ofrecen una estrategia “sin tecnología” sorprendentemente eficaz: acumulan carbono durante su vida y, al morir, se hunden en el océano, secuestrando hasta 33 toneladas de CO2 cada una. En comparación, un árbol absorbe solo hasta 22 kilos al año. La conservación de estas majestuosas criaturas, como la ballena azul, franca, gris y jorobada, emerge como una pieza clave en la preservación del equilibrio ambiental.
LA VOZ DEL SECANO COSTERO
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